lunes, 1 de abril de 2013

Trastorno Desintegrativo de la Infancia.

Éste trastorno conocido también como Síndrome de Heller o Psicosis Desintegrativa, se basa en un retroceso (muy marcado) en distintas áreas de actividad o funcionamiento tras 2 años de desarrollo normal, o al menos aparentemente. Es decir, durante estos 2 años el niño o niña juega, tiene relaciones sociales, un comportamiento normal, una comunicación verbal y no verbal también normal, es decir, todo adecuado a su edad. 
Sin embargo, antes de los 10 años el niño/a pierde algunas actividades ya adquiridas, por lo menos en dos de éstas áreas: 
-lenguaje expresivo o receptivo.
-habilidades sociales o comportamiento adaptativo.
-control vesical o intestinal.
-juegos o habilidades motoras. 

En otras palabras, dicho trastorno desintegrativo impulsa una pérdida social y comunicativa, además de las características observadas en un niño/a autista, es decir, se alteran dichas áreas y lleva a cabo patrones de comportamiento, intereses o actividades repetitivas, restringidas y estereotipadas. 
Incluso, a estos niños se les suele asociar a un retraso mental grave, y que además, se piensa que dicho trastorno es resultado de alguna lesión del sistema nervioso central en desarrollo.

La pérdida de habilidades se produce de manera más dramática y severa (mucho más tarde que el Austismo). Ésta pérdida puede mejorar de manera mínima, y si se produce una mejora muy rara vez llama la atención, puesto que es muy limitada. Es más, la duración de este trastorno suele ser a lo largo de la vida, estando las habilidades de todo tipo relativamente constantes. 

Como dato, destacar que en la mayoría de los casos surge entre los 3 y 4 años, ya que, a partir de los 5 años es aconsejable llevar a cabo una exploración física y neurológica, para verificar una enfermedad médica, en este caso, la pérdida de habilidades también sería creciente. 

Incluso, su pronóstico es pobre, ya sea por su inicio retardado o por las diferentes carencias en las distintas habilidades (comunicativa, social, etc.). Cabe decir que este trastorno es más común en el sexo masculino que en el femenino, aunque de éste último también se han diagnosticado casos. 

En resumen, su aparición puede ser de manera muy repentina, y se caracteriza por un comportamiento normal hasta que se producen ciertas regresiones que llevan consigo pérdidas de habilidades y un grave retraso mental. 

Finalmente, decir que la imagen en blanco y negro, puede mostrar como se siente cualquier niño/a con TGD (algunos más conscientes que otros), pero la he puesto en esta entrada, ya que, en el Trastorno Desintegrativo el niño/a puede ser capaz de darse cuenta de esa grave regresión y sentirse encerrado, sin saber que hacer ante tal situación que están experimentando, no entienden lo que les está pasando, etc. Por eso mismo, me pongo en el lugar de cualquier persona que padezca algún tipo de TGD y tienen todo mi apoyo, tanto a ellos mismos como a las personas que les rodean. ¡Ánimo!

Sus sonrisas también son importantes. 

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